viernes, 2 de marzo de 2012

San Diego en los libros


San Diego tiene una presencia en la literatura o en cierta clase de literatura chilena. Uno de los primeros libros que la cita de manera profusa es Recuerdos de 30 años, de José Zapiola, un músico argentino que describe sucesos del tiempo de la independencia nacional, hasta el 1930 aprox. Es un libro instructivo para conocer los orígenes de la calle. En otra oportunidad haré el resumen de las muchos datos que se nombras de la calle, pero uno de ellos es que la independencia de Chile partió en San Diego, en un regimiento ubicado en la primera cuadra de la calle. Actualmente sigue siendo terreno militar, semi-abandonado.

Otra aparición interesante es en el Eloy de Carlos Droguett. Según ese libro, Eloy le quería comprar a la Rosa (si sobrevivía a la ultima batalla que está librando en el libro) un vestido en San Diego. Yo imagino que lo compraría en El Rey que Rabió. No sé si en esa época existía Guendelman o Cocilamp.


Hay un libro del infame Lafourcade que cita un bar ubicado en Alonso Ovalle con San Diego. El libro es “Novela de Navidad” y aunque el ambiente de la novela es el río Mapocho, cita diversos lugares de interés en Santiago. Uno de ellos es al antedicho bar, que según Lafourcade se llamaba “El infiernillo”.


Los cronistas han sido buenos para referirse a la calle. Me da la impresión que San Diego es una calle ideal para cronistas. Uno de ellos es Joaquin Edwards Bello, con su Crónica “Calle San Diego”. El otro, Roberto Merino, con su crónica “San Diego, Calle de Mala Noche”. Miguel Laborde y Oreste Plath también le dedican algunos datos, insertos en otros temas.


Debo advertir que la presencia de San Diego en los libros es bastante amplia y no se reduce solo a lo que señalo acá. En crónicas futuras daré más datos. La fotografía muestra una escena de la plaza Carlos Pezoa Véliz.

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